Submáquina
Nadie sabe mucho de Tiffani Figueroa. Se dice que fue policía y que ahora trabaja por su cuenta. Ha estado casada. Dos veces. Nunca pierde al póquer. No si está sobria. Conduce como un demonio. Se dice que estuvo en la frontera, que allí cometió un crimen horrible, pero también que tal vez lo horrible habría sido no cometerlo. Ahora se encuentra en paradero desconocido.
Envuelta en la luz hipnótica de unos paisajes desolados y fronterizos, Submáquina es una novela cuyas historias, engarzadas por un sutil entramado, funcionan como las piezas de un mecanismo delicado y preciso, amartillado y listo para disparar.
Nadie sabe mucho de Tiffani Figueroa. Se dice que fue policía y que ahora trabaja por su cuenta. Ha estado casada. Dos veces. Nunca pierde al póquer. No si está sobria. Conduce como un demonio. Se dice que estuvo en la frontera, que allí cometió un crimen horrible, pero también que tal vez lo horrible habría sido no cometerlo. Ahora se encuentra en paradero desconocido.
Envuelta en la luz hipnótica de unos paisajes desolados y fronterizos, Submáquina es una novela cuyas historias, engarzadas por un sutil entramado, funcionan como las piezas de un mecanismo delicado y preciso, amartillado y listo para disparar.
Nadie sabe mucho de Tiffani Figueroa. Se dice que fue policía y que ahora trabaja por su cuenta. Ha estado casada. Dos veces. Nunca pierde al póquer. No si está sobria. Conduce como un demonio. Se dice que estuvo en la frontera, que allí cometió un crimen horrible, pero también que tal vez lo horrible habría sido no cometerlo. Ahora se encuentra en paradero desconocido.
Envuelta en la luz hipnótica de unos paisajes desolados y fronterizos, Submáquina es una novela cuyas historias, engarzadas por un sutil entramado, funcionan como las piezas de un mecanismo delicado y preciso, amartillado y listo para disparar.